Para muchos analistas es difícil entender por qué ocurrirá un mayor crecimiento en masa a pesar de la reducción de las tasas de fecundidad.
Primero, aun con la enorme disminución registrada desde el decenio de 1960, la fecundidad es todavía cerca de 50% mayor que la proporción de dos hijos por familia que se necesita para estabilizar la población. Cuando una mujer tiene más de dos hijos sobrevivientes, cada generación es más numerosa que la anterior y la población sigue creciendo.
Primero, aun con la enorme disminución registrada desde el decenio de 1960, la fecundidad es todavía cerca de 50% mayor que la proporción de dos hijos por familia que se necesita para estabilizar la población. Cuando una mujer tiene más de dos hijos sobrevivientes, cada generación es más numerosa que la anterior y la población sigue creciendo.
Segundo, casi con seguridad, seguirán registrándose reducciones de las tasas de defunción, que han sido siempre la principal causa del crecimiento demográfico. Ciertos factores, como un mejor nivel de vida, mejor nutrición, mayores inversiones en saneamiento y abastecimiento de agua limpia, mayor acceso a servicios de salud y mayor aplicación de medidas de salud pública, como inmunización, asegurarán una vida más larga y sana en la mayoría de los países.
El tercer factor de crecimiento es lo que los demógrafos llaman «impulso demográfico». Eso se refiere a la tendencia que tiene una población de seguir creciendo aunque la fecundidad llegara de inmediato a un nivel de sustitución de 2,1 nacimientos por mujer con tasas constantes de mortalidad y ausencia de migración.
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