Un punto importante es que en los países en desarrollo la tendencia general del grupo de menores de 14 años, pierde peso y lo gana el grupo de 15 a 65 años de edad. Desde el punto de vista económico, este cambio de estructura por edades, significa que las necesidades y demandas de la población tendrán un carácter y una composición distinta de lo observado en el pasado, debido a la distinta composición del consumo de los niños y jóvenes comparado con el de los adultos.
El incremento de la población económicamente activa, significa un mayor potencial productivo, pero también mayores demandas en materia de alimentación, educación técnica y superior, empleo, vivienda y transporte.
Sin embargo, en los países en desarrollo, la presión sobre el mercado laboral derivada de la demanda de puestos de trabajo, tenderá a acentuarse. Y si se tiene en cuenta los elevados niveles de desempleo y subempleo que existe en estos países, no cabe duda que los esfuerzos requeridos en materia de creación y puestos de trabajo tendrán que ser indiscutiblemente superiores a los registrados históricamente.
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